Aparecen y desaparecen 200.000 € en los contenedores de basura de Colmenarejo

Hace tres años, las calles de Colmenarejo se empezaron a llenar de unos agujeros enormes, parecían grandes sarcófagos,… iban a instalarse los contenedores de basura soterrados, tan de moda por esa época en ayuntamientos que presumían de modernez.

Al igual que la e-Administración (administración electrónica del Ayuntamiento) en su versión “Proyecto Conecta Colmenarejo”, la recogida de residuos sólidos urbanos le debió parecer a la anterior Alcaldesa, la Sra.Peces-Barba una forma de ponernos a la altura de Los Ángeles o Estrasburgo. Así resulto la cosa, como se ha podido comprobar, otro fiasco.

La obras empezaron con suma lentitud. Para colmo, hubo un largo periodo de lluvias y los hoyos se convirtieron en improvisados aljibes que proporcionaban nauseabundos olores. Los menos cívicos arrojaban basuras, escombros y desperdicios y aquello era todo un espectáculo. El algunos puntos aparecieron masas graníticas bajo tierra, que hicieron las delicias (martillo mecánico y compresor en mano) de aquellos a los que les gusta el ruido en las calles.

Algunos se colocaron en calles estrechas y sin la protección debida, lo que hacía que fueran peligros constantes para viandantes y chavalería.

La empresa adjudicataria de la obra quebró y la obra guardo varios meses el sueño de los justos. Por fin, con las prisas propias de las elecciones los políticos del tripartito reinante (APIC+PSOE+IU) intentaron que el tinglado estuviera a punto. Algunos contenedores seguían sin funcionar correctamente. En otros se levantaban las chapas de la base o la gente no les daba el uso de separación de residuos adecuado.

Pasados unos meses de las elecciones, creíamos que nos podíamos olvidar del problema de los contenedores, que todo funcionaba en esos agujeros negros. Pero, no.

Vinieron los recortes municipales del Equipo de Gobierno del PP y se le bajo la cuantía del contrato a la empresa adjudicataria del Servicio de Recogida de Residuos. La empresa redujo los costes de plantilla y hace pocas semanas puso en funcionamiento un camión con sistema de recogida lateral de contenedores externos de gran tamaño. De la noche a la mañana los contenedores soterrados quedaban jubilados, su utilidad y uso han sido prácticamente nulos. Los políticos han tirado a la basura (y nunca mejor dicho) más de 200.000 euros sacados de los bolsillos de los ciudadanos, de los sagrados impuestos. ¿Lo sabía Vd?

El espacio que se pretendía ahorrar y la estética que se quería lograr se han ido al garete. Una gran parte de la vía pública la han ocupado estas enormes masas de hojalata, las viejas y las nuevas. En alguna calle hasta el punto de que pueden ocasionar, todavía, accidentes de circulación. El equipo de la Sra. Roses no había comunicado nada al respecto, ahora con la crisis y el pretexto de la herencia recibida tienen salida.

Con seguridad, para recaudar más, se avecina una nueva tasa de basuras. Recordemos que hace unos años, imitando a la capital, y por ocurrencia del entonces Concejal de Hacienda en Colmenarejo el IBI y la tasa de basuras se refundieron. ¿Cómo es que una tasa se funde con un impuesto? ¿Pagaremos por la recogida de basura dos veces? ¿Van a hacer algo, finalmente, con esos grandes agujeros en las calles?

Mientras, los contenedores de oro, por el oro que costaron, han estado ahí incólumes como los Moais de la Isla de Pascua, como testigos del viento y el olvido que se llevó a los que los construyeron para mayor gloria de ellos mismos. Esta semana se los han llevado, por fin, quedando unas enormes chapas en el suelo como recuerdo. Pero, ¿quién ha pagado los gastos de su retirada, el Ayuntamiento o la empresa concesionaria?

Podemos decir que aparecen y luego desaparecen 200.000 € en los contenedores de basura de Colmenarejo.